Daily Reflection

La ley y los profetas

February 25, 2021 | Thursday

Stephanie Nguyen

  • Jueves de la Primera Semana de Cuaresma
  • Matthew 7:7-12

    Jesús dijo a sus discípulos: “Pidan y se les dará; Busca y encontraras; llamen y la puerta se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llame, se le abrirá la puerta. ¿Quién de ustedes le daría una piedra a su hijo cuando le pide una barra de pan, o una serpiente cuando le pide un pescado? Entonces, si ustedes, que son malvados, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará cosas buenas a quienes le pidan. Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti. Esta es la ley y los profetas ".

    Oración inicial: Señor, cuántas veces me olvido de pedir lo que necesito. Siempre estás ahí para ayudarme, pero me apresuro a entrar en mi día y me olvido de que necesito tu gracia, tu fuerza, tu sabiduría y tu provisión. Por favor lléname de la gracia que necesito para verte en todo para que no me olvide de incluirte en nada.

    Encuentro con Cristo:

    1. Promesas: “Todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llame, se le abrirá la puerta ”(Mateo 7: 8). Aunque estas palabras de Cristo parecen tan simples y directas, para recibir la recompensa prometida debemos vivir como lo hizo Cristo y alinear nuestra voluntad con la suya. Cristo vivió una vida de abnegación incluso antes de cargar con la cruz física. Sobrellevó una pesada carga al vivir su vida para los demás. También estamos llamados a negarnos a nosotros mismos y tomar nuestra cruz todos los días para seguirlo (Lucas 9:23). Lucas incluye la palabra "diariamente" en su Evangelio. No podemos tomar la cruz ni negarnos a nosotros mismos cuando nos conviene. Debemos hacer esto todos los días. Santa Teresa de Lisieux nos enseñó cómo hacer esto en su Pequeño Camino. Ella aconseja que debemos hacer nuestras tareas diarias con gran amor, encontrando así y llevando la cruz en medio de nuestra vida ordinaria.

    2. Buenos dones: ¿Sin saberlo, le pedimos al Señor piedras y serpientes y luego nos quejamos porque no ha respondido nuestra oración como queríamos? Nuestra visión suele ser muy limitada. La eternidad no está al frente de nuestras mentes. Podemos orar pidiendo ayuda con las facturas, pero descuidamos la oportunidad que Dios nos brinda de practicar la prudencia. Podemos pedirle a Dios una curación física, sin darnos cuenta de que nuestra enfermedad nos está “curando” espiritualmente. No está mal pedirle ayuda a Dios con lo que pensamos que necesitamos. Dios quiere que lo incluyamos en todo lo que tenemos en mente. Sin embargo, es importante recordar que Dios da buenos dones, dones de valor duradero. Quiere nuestro bien y desea la unión eterna con nosotros. Dios se preocupa por nuestra salvación final.

    3. La regla de oro: “Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti” (Mateo 7:12). Cristo confió en el Padre. No tenía miedo de quedarse fuera, de quedarse atrás o de no saciarse de cosas buenas. Cuando confiamos en Dios, la Regla de Oro se siente alcanzable. Sabiendo que somos amados, podemos negarnos a nosotros mismos y vivir para los demás. Jesús predicó la Regla de Oro y la vivió con divina perfección. Estamos llamados a hacer lo mismo, confiando en la gracia y la fuerza del Señor.

    Conversar con Cristo: Señor, eres el dador de todas las cosas buenas. A veces me quedo atrapado en este mundo, me apego a sus bienes y me olvido de que das regalos de valor infinito. Señor, ayúdame a buscar lo que es verdaderamente valioso. Deseo pertenecer completamente a ti. Por favor, continúa acercándome.

    Resolución: Señor, hoy por tu gracia meditaré en tu carácter, recordándome tu bondad, fidelidad, generosidad y amor y misericordia infinitos.

    Para una mayor reflexión: Para reflexionar más sobre el carácter de Dios, lea los Salmos 103, 117 y 145.

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