Daily Reflection

El viaje lejos del yo

February 26, 2019 | Tuesday

Father Edward Hopkins, LC

  • Martes de la Séptima Semana en Tiempo Ordinario.
  • Mark 9:30-37

    Jesús y sus discípulos partieron de allí y comenzaron un viaje a través de Galilea, pero él no quiso que nadie lo supiera. Estaba enseñando a sus discípulos y diciéndoles: "El Hijo del Hombre debe ser entregado a los hombres y ellos lo matarán, y tres días después de su muerte se levantará". Pero ellos no entendieron el dicho, y tenían miedo de interrogarlo. Llegaron a Capernaum y, una vez dentro de la casa, comenzó a preguntar: "¿De qué estaban discutiendo en el camino?" Pero ellos permanecieron en silencio. Habían estado discutiendo entre ellos sobre quién era el mejor. Luego se sentó, llamó a los Doce y les dijo: "Si alguno desea ser el primero, será el último de todos y el siervo de todos". Tomando a un niño, lo colocó en medio de ellos y, rodeándolo, les dijo: "Quien recibe a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, no me recibe a mí sino al que me envió". . "

    Oración introductoria: Señor Jesús, creo en ti, presente e interesado en mi vida. Creo que espera mi oración para guiar mi corazón, mis visitas a la Eucaristía para fortalecer mi voluntad y mis desafíos para ayudar a mi rendición. Confío en que me darás tu vida a cambio de mi abnegación. Te amo y quiero amarte más abrazando y viviendo tu voluntad. Madre María, enséñame a decir contigo: "Hágase en mí".

    Petición: "Habla Señor, tu siervo está escuchando"

    1. Entrenamiento apostólico: este fue un viaje que Jesús decidió hacer en secreto. ¿Por qué? Porque quería dedicar toda su atención y esfuerzos a enseñar a sus apóstoles el secreto más profundo e importante de su vida: ¡Él debe morir! Todo lo que habían vivido hasta ahora era incompleto, simplemente una preparación para el acto final de su misión: la consumación de su amor, su total inmolación en la cruz. ¿Comprenderían la necesidad de que la semilla muera antes de levantarse a una nueva vida? ¡Qué difícil sería para ellos escuchar! Él era su Señor, el rey mesiánico poderoso que venía a liberarlos y establecer su reino de verdad y amor. Todavía imaginaban escenarios de nuevas victorias, curas, una derrota de los demonios, el silenciamiento de su oposición. ¡Qué lejos estaban sus sueños del mensaje de Jesús! Nosotros también tenemos nuestros propios deseos y necesidades. ¿Podemos separarnos de estos sueños el tiempo suficiente para comprender en oración su voluntad y su plan de salvación para nosotros?

    2. Aprendices lentos: No solo no "entendieron el dicho", sino que "tenían miedo de interrogarlo". En otras palabras, no querían saberlo. ¡Con qué frecuencia nuestro problema de comunicación no es algo intelectual, sino algo de la voluntad! Nuestro deseo es más "seguir nuestro camino", "hacer nuestro punto" o "afirmarnos a nosotros mismos". Aprender el camino de Cristo requiere que de alguna manera desaprendamos nuestro camino. "Él debe aumentar, pero yo debo disminuir" (Juan 3:30). Esto explica por qué nadie puede ser neutral ante Cristo; Él nos desafía a cambiar nuestras vidas. Jesús ocasionó la feroz oposición de aquellos que finalmente lo matarían. ¿Qué tan abierto estoy a sus retos? ¿Escucho en oración para responder con un dócil pero firme "Amén"?

    3. La lección más difícil: como los niños pequeños atrapados en el acto, los apóstoles no se atreven a admitir que han estado discutiendo sobre quién de ellos es el mejor. No solo no “escuchan” a Jesús; por el contrario, están ocupados haciendo valer su voluntad. ¿Qué se necesitaría para enseñarles esta verdad tan difícil pero vital? Entonces Jesús, con el amor de un padre, sostiene a un niño delante de ellos y comienza la lección de nuevo. ¡Este niño pequeño es el más grande! Ser el último, servir, dar tu vida te hace grande, ya que así es como Dios viene a nosotros. Solo la vista de Jesús crucificado quemaría más profundamente esta lección en sus corazones. ¿Estoy aprendiendo esta lección de amor sacrificial para llegar a ser lo mejor que puedo llegar a ser?

    Conversación con Cristo: Querido Señor, abre mi corazón para escuchar tu voluntad por mí. Libérame de mi amor propio, ideas y sueños. Enséñame a morir a mí mismo cuando entro en la oración y cuando entro en el trabajo. Ayúdame a trabajar, ora y vive para que tú y tu amor puedan crecer en mi vida en lugar de la pobreza de mis cualidades y esfuerzos.

    Resolución: escucharé bien antes de intentar ofrecer mis pensamientos o deseos en la oración y en la interacción con la familia y otros, por lo que es mejor escuchar al Señor.

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